Cuando de café se trata, no hay nada más irlandés que agregar un poco de Whiskey para hacer que una fría noche de invierno sea más agradable. No hace mucho leí un artículo en el que contaban que una de las búsquedas más recurrentes en internet, en Irlanda, es el Irish Coffee ( café Irlandés).
Como seguro que sabéis, la versión irlandesa es una especie de cóctel hecho a base de whiskey irlandés, azúcar, café y crema, que se hizo mundialmente conocido en la década de 1940. El café irlandés tiene una procedencia clara e indiscutible: fue creado en el invierno de 1943 por Joe Sheridan, chef en el puerto de Foynes en Limerick (Irlanda), para los pasajeros de un barco transatlántico que llegaron muy cansados después de verse forzados a regresar a Irlanda debido al mal tiempo.
La bebida se convirtió en una especialidad del puerto y, después de la guerra, fue llevada a los Estados Unidos por un periodista del San Francisco Chronicle, que convenció a su bar local, el The Buena Vista, para que se la preparara. Hoy en día, el Buena Vista afirma servir hasta 2.000 cafés irlandeses en un solo día.
Antes de surgir el café irlandés como tal, ya era habitual mezclar café con whisky y otras bebidas alcohólicas de alta graduación. Hay referencias históricas que se remontan a finales del siglo XIX, una época en la que la vida de la clase obrera no era nada fácil. En países como Irlanda, además, los trabajadores se enfrentaban a condiciones extremas de frío. Para calentarse lo normal era tomar whiskey o bebidas calientes, así que ¿por qué no echar un chorrito de whiskey al café?.
Los combinados de este tipo más conocidos en Europa son el Pharisäer y el Fiaker, típicos de Austria, quienes mezclan ron con café servido en vaso de cristal y con nata.
La receta clásica del café irlandés es la siguiente:
(para dos tazas o copas)
Café Irlandés
Ingredientes
Preparación
Para tomar el café irlandés no lo mováis con una cuchara, sino bebedlo con cuidado, dando pequeños sorbos a través de la nata.
El café irlandés, aunque apetece en una de esas tardes lluviosas de otoño, podéis tomarlo también en cualquier época del año incluso en verano al atardecer disfrutando del ocaso del día.
Ahora que sabéis hacer el auténtico Irish Coffee ya no tenéis excusa.
Pero recordad que un café mediocre, whisky barato y nata de aerosol difícilmente se convertirá en un Irish Coffee.
El secreto de un buen café irlandes es utilizar azúcar moreno y blanco. Son clave en su preparación. Específicamente, una cucharadita de azúcar morena y una cucharadita de azúcar granulada simple por taza de café. Es el azúcar moreno lo que marca la diferencia en el mundo entre un buen café irlandés y uno muy bueno, ya que esas notas de caramelo que el azúcar moreno le da a la bebida son realmente lo que lo hace destacar. Debe ser una cucharada de cada uno porque usar solo azúcar moreno lo haría demasiado rico en melaza y se trata de buscar un equilibrio.