La tarta de queso es un clásico de la repostería española pero la influencia americana ha arrasado y ha puesto de moda la “cheesecake”. No hay que confundir la tarta de queso tradicional con la americana que tiene una base de galleta sobre la que se vierte la crema de queso. La ventaja de la receta americana es que no necesita horno.
Las tartas de queso tienen un sabor increíble. Son muy cremosas y sólo necesitamos cinco ingredientes. Lo único que hay que hacer es batirlos para obtener la mezcla y luego ponerla al horno. ¡Increible!.
Hay muchísimas clases de tartas de queso, algunas se cocinan en el horno, y otras se elaboran y sirven en frío. El queso siempre está presente así que hay tantas tartas como tipos de quesos: se utiliza queso quark, requesón, queso crema, azul, ricota, …Se puede hacer tarta de queso con cualquier queso según el gusto de cada cual.
El origen de la tarta de queso suele situarse en Grecia, por el año 776 a. C., pero no fue hasta la Edad Media cuando esta tarta se empezó a consumir de forma generalizada en toda Europa, y fueron los europeos quienes la llevaron a América, en especial a Estados Unidos.
La receta que os doy es fácil, resulta muy esponjosa, lleva poco azúcar, y tendréis el éxito asegurado. Se prepara en un momento.
Las cantidades de esta receta son perfectas para un molde redondo de 20 cm de diámetro, con paredes altas, forrado con papel sulfurizado o papel de horno que sobresalga por los laterales. Precalentad el horno a 210ºC, calor arriba y abajo. Si no ponéis papel en el molde, engrasadlo con un poco de mantequilla. La tarta de queso se puede servir sola, como manda la tradición, pero podéis espolvorearla con azúcar glas, untar la mermelada que mas os guste sobre la superficie de la tarta, servirla con fruta fresca, con miel… Consejos:
Tarta de queso
Ingredientes
Preparación