Icono del sitio COMMEMEMUCHO

¡No tiremos comida!

¡No tiremos comida! 1

No hace mucho leí en el diario.es que En ocho de cada diez hogares españoles se desperdicia comida. En 2018 se tiraron en las casas 1.339 millones de toneladas de alimentos, un 8,9% más que el año anterior. De esa cantidad, el 84,2% ni siquiera se había cocinado. Es decir, fue directamente de la nevera a la basura. Y lo que es peor: el 16% de los hogares reconoce que lo que tira no está siempre totalmente estropeado. Son los datos que se extraen del informe sobre desperdicio alimentario publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a finales de junio de 2019“. Es terrible ¿verdad?

Ahorrar comida comienza con un cambio en nuestra actitud. ¿Cuantas veces hemos visto en una verdulería unos tomates preciosos y los hemos comprado compulsivamente?  Paraos a pensar por un momento si realmente vais a usar esos tomates esta semana o si el utilizarlos significará tirar otros alimentos que ya tengáis en casa.

Hay muchas cosas que se pueden hacer para reducir el desperdicio de comida. Planificad las comidas con anticipación. Pensad en menús que os permita usar todo lo que tenéis en la nevera. Comprad con inteligencia. Guardad los alimentos adecuadamente para conservarlos durante más tiempo en óptimas condiciones.  Y aprovechad al máximo vuestro congelador. Para que todo esto funcione es importante que queráis hacerlo.

La buena noticia es que este cambio de actitud puede desencadenar una explosión de creatividad que todavía no sabéis que poseéis. Es el momento de descubrir nuevos platos y técnicas de cocina. Tampoco os preocupéis por ser perfectos: cada logro cuenta. Y os sentiréis mejor.

Si como yo, os sentís culpables cuando pensáis en toda la comida que tiramos cada semana ¡no os preocupéis!  Hay infinitas formas en las que podemos cambiar nuestros hábitos para desperdiciar menos comida, desde la actitud cuando vamos al supermercado hasta cuando cocinamos.

Esto es parte de lo que podemos hacer:

CUANDO PLANIFIQUÉIS LA COMPRA

Anotad en vuestra lista de la compra lo que que necesitaréis para preparar las comidas planificadas para la semana. Antes echad un vistazo a vuestra nevera y alacena. En función de lo que tengáis, planificad vuestras comidas para no tener que tirar nada. Si compráis justo lo que vais a necesitar no tiraréis nada. Si sois principiantes en esto de planificar, probad planificando las comidas y las cenas con 2 o 3 días de antelación. Si al principio os sobra ¡haced una “noche de sobras“! e id de nuevo al supermercado.

Planificar las comidas no tiene no tiene porqué suponeros horas y horas pensando qué hacer.  Una vez determinadas cuales son vuestras recetas favoritas, y las de vuestra familia, podéis repetirlas, algunas todas las semanas y otras cada dos. Por ejemplo, si os gustan mucho los macarrones ¿que problema hay en comerlos todas las semanas? Introducid algo nuevo de vez en cuando para romper la monotonía. Podéis aprovechar para ello los fines de semana e id probando.

DURANTE LA COMPRA

Comprad en la medida de lo posible productos por peso, que no vengan envasados. Así compraréis lo que realmente necesitéis y al mismo tiempo evitaréis los  envases de plástico. Comprad una pieza de lechuga en lugar de una bolsa con la lechuga lavada y cortada. Os durará más y ahorrareis más.

MIENTRAS COCINÁIS

Cocinar os resultará más fácil ahora que ya tenéis planificados los menús. Tendréis que gastar primero lo que vaya a caducar antes.  Procurad poner en el plato raciones razonables. No llenéis los platos en exceso ¡luego tendréis que tirar las sobras!. Poned, por ejemplo, la guarnición en el centro de la mesa para que los que quieran puedan repetir pero si sobra siempre podréis reutilizarlo en otro momento.

PLANIFICAD UNA “COMIDA PREPARADA” O UNA COMIDA FUERA

Muchas veces no tenemos el tiempo ni la energía para cocinar todos los días. Planificad una comida precocinada para algún día  o aprovechad  para comer o cenar fuera de vez en cuando.

COMPRAD CONGELADOS O CONGELAD PRODUCTOS FRESCOS

Los alimentos congelados tienen casi todos los nutrientes y, a veces más, que sus equivalentes frescos. Y no van mal. Además, las verduras congeladas llenan huecos. Si compramos verduras frescas en pequeñas cantidades, al terminar la semana nos podemos quedar sin verduras y echaremos mano de las congeladas.

Las sopas, guisos, y pastas podéis prepararlo en grandes cantidades cuando cocináis y luego lo podéis congelar y descongelar cuando necesitéis una cena rápida. Para que os resulte más fácil, congelad siempre en porciones.

PRACTICAD LA  COCINA DE APROVECHAMIENTO

Se pueden hacer guisos, adobos, sopas e incluso pastas a partir de restos que normalmente tiraríais.

Por ejemplo, con restos de verduras podéis hacer una frittata. También podéis preparar un salteado con restos de arroz  y carne o bien verduras cocinando, añadiendo unas cebolletas picadas.  O una ensalada con restos de quesos duros troceados, un poco de lechuga, unas aceitunas y alcaparras y restos de embutido.

Es hora de tomarse en serio el no desperdiciar comida.

 

¡CERO DESPERDICIOS!

 

Salir de la versión móvil