Si habéis estado siguiendo las noticias sobre el coronavirus (COVID-19) a estas alturas ya sabéis que el Gobierno ha aprobado un decreto que limitará los movimientos de los ciudadanos en toda España. Muchos de nosotros hemos decidido confinarnos voluntariamente (con lo que las salidas al supermercado serán limitadas). Otros se ven en la obligación de guardar una cuarentena (con lo que no pueden salir al supermercado).
En la mayoría de hogares nos hemos abastecido de alimentos no perecederos y hemos llenado el congelador con alimentos que durarán al menos unas pocas semanas. No quiere decir necesariamente que hayamos entrado en pánico sino que estamos preparados. Estamos lidiando con un virus altamente infeccioso pero no es el fin del mundo. ¡Y podemos cocinar como siempre lo hemos hecho!
Usar el stock con sensatez
En circunstancias normales, la regla sería comer las fechas de caducidad más inmediatas. Pero en estas circunstancias lo que queremos es asegurarnos una buena variedad de alimentos, a lo largo de un mes o más, y tenemos que utilizar lo almacenado en nuestra despensa de forma estratégica. Lo que quiero decir es que hay que procurar comer todo lo perecedero dentro de su fecha pero el resto ir combinándolo para conseguir platos apetitosos y nutritivos jugando con las fechas de caducidad.
- La mayor parte de alimentos que guardamos en la nevera tienen fecha de caducidad y otros tienen fecha de consumo preferente. Esto siempre hay que tenerlo muy en cuenta. Usemos los alimentos frescos (verduras y frutas) antes de recurrir a los productos no perecederos como verduras y sopas enlatadas. Preparar comidas con productos frescos y congelarlas puede ser una buena forma de incorporar alimentos saludables no procesados a nuestra dieta durante una cuarentena.
- Algunos alimentos, como las cebollas, pueden conservarse en perfecto estado durante semanas fuera de la nevera y las patatas entre tres y cinco semanas.
- El jamón, el tocino y los embutidos también nos pueden durar meses.
- Los alimentos secos, enlatados, envasados o en tetrabrik pueden durar meses o años.
Con patatas, botes de legumbres cocidas y embutidos ( que son algunos de los alimentos que más duran sin estropearse) podemos preparar platos de cuchara como una fabada, unas lentejas o un potaje de alubias.
La pasta con un sofrito y chorizo o jamón también es una receta muy socorrida. Con un poco de cebolla, unos pimientos asados envasados y un bote de tomate triturado podemos preparar un sofrito para chuparse los dedos. Otra opción sería cambiar el chorizo o jamón por atún. Otro clásico de la pasta que encanta a los niños.
- El congelador: nuestro gran aliado. Los alimentos que guardemos congelados, en condiciones adecuadas, se conservarán durante muchos meses (aunque la calidad puede disminuir con el tiempo).
¿Cómo lo vamos a hacer?
Estar encerrado en casa durante días y días puede resultar aburrido. Lo último que queremos es que también nuestra comida nos resulte aburrida. Podemos aprovechar el tiempo probando nuevas recetas. Cocinar nos puede resultar muy distraído y darnos mucha satisfacción.
Aquí hay 14 recetas para empezar, todas con alimentos que probablemente tengamos en nuestra reserva de cuarentena.
- Lentejas con jamón: con lentejas secas, un poco de jamón o chorizo y el clásico dúo de cebolla y zanahoria.
- Crema de calabaza y zanahoria: definitivamente no sabe a cuarentena gracias a la fresca, pero resistente calabaza de invierno, zanahorias, apio, cebolla y patata.
- Risotto de setas y panceta: si no tenemos setas frescas es posible utilizar setas congeladas o envasadas. La panceta salada se conserva estupendamente. Necesitaremos también un poco de mantequilla, cebolla y queso parmesano (si no tenemos lo podemos sustituir por Grana padano o pecorino). Por cierto, el parmesano congela excepcionalmente bien.
- Arroz con bacalao: un clásico de Semana Santa al que no tenemos que renunciar.
- Arroz a la cubana: otro plato de subsistencia. Resulta muy fácil de preparar y gusta a todo el mundo.
- Tostada de verduras y bacon: ¿Se nos va a estropear alguna verdura? Pues preparemos una tostada. Las tostadas están buenísimas y nos sacan de un apuro para una cena, por ejemplo.
- Guiso de alitas de pollo con garbanzos: cualquier parte del pollo nos servirá. Un plato estupendo que podemos modificar a nuestro antojo con lo que tengamos en casa.
- Quiche de calabacín y bacón: ¿tenemos pasta quebrada en la nevera? Una quiché es una preparación sencilla y que siempre triunfa. Si no tenemos calabacín, lo sustituimos por brócoli.
- Patatas y huevos fritos: ¿y qué mejor que unas patatas y unos huevos fritos para darnos un festín? Claramente una “confort food” (comida reconfortante).
- Dátiles con bacon: un aperitivo puede no ser una mala idea. ¿Y qué mejor que un clásico entre los clásicos? Si tenemos dátiles y bacon en la despensa … ¡no lo dudemos!
- Patatas con chorizo a la riojana: un plato reconfortante donde los haya. ¡Y contundente!
- Hummus de garbanzos: con cualquier legumbre cocida (garbanzos, lentejas, guisantes…) podemos preparar un hummus riquísimo. Con unas rebanadas de pan tostado podemos tener un picoteo de lujo.
- Sándwich de salmón ahumado y pepinillo agridulce: podemos prepararos un magnífico sándwich con salmón ahumado. Si no tenéis salmón ahumado podemos utilizarlo de lata.
- Torrijas: ¿tenemos pan duro? Este es un postre o merienda extremadamente fácil y apetecible. A los niños les encanta.
Además del distanciamiento social que experimentaremos como resultado de una cuarentena, la vida debería continuar como siempre. Quedarnos en casa es la consigna, Y en estas semanas de guerra contra el coronavirus, vale la pena estar preparado. No, no me refiero a entrar en pánico y acumular desinfectante de manos o papel higiénico, sino simplemente pensar un poco en cómo gestionar nuestra estancia en casa lo mejor posible. Cocinar y comer bien nos ayudará.