Llamo patatas París a unas patatas que no son exactamente las patatas habituales de horno pero que son muy crujientes por fuera y muy cremosas por dentro. Sólo llevan una pizca de sal y las hierbas de nuestra elección en función de a qué plato acompañen. Por ejemplo, si voy a servirlas con salmón les pongo eneldo. Si las sirvo con carne, hierbas provenzales o tomillo. En realidad, las patatas Paris son esas patatas pequeñitas que se cocinan enteras. Pero las prefiero grandes y cortadas en rodajas.
Hace un par de años, mi marido y yo estuvimos visitando Montpelier y comimos una carne servida con una salsa y estas patatas como acompañamiento. Las patatas estaban buenísimas así que, ni corta ni perezosa, les pregunté como las habían preparado. Me contaron que las preparaban igual que las patatas Café de Paris de Paris pero con patatas enteras.
Para preparar esta sencilla guarnición de inspiración francesa, las patatas enteras, y sin pelar, se hierven o se cuecen en el microondas, luego se pelan, se cortan en rodajas y se saltean en mantequilla, resultando en unas patatas doradas y crujientes. Por supuesto, como buenos españoles podemos sustituir la mantequilla por el aceite de oliva virgen extra que es mas saludable. Pero podéis probarlas con mantequilla también ya que que les da un sabor y un aroma excelente.
Una receta que demuestra la grandeza de una humilde patata, convertida en algo delicioso simplemente salteándola con aceite o mantequilla. De acuerdo, no es tan saludable como la patata hervida pero no está completamente frita. Estas patatas tienen una textura diferente a la de las patatas fritas.
¡Una vez las hayáis probado no podréis prescindir de ellas!
Patatas París
Ingredientes
Preparación