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La ingenuidad del pastel de merluza

Este pastel, en realidad es un pudín ya que lleva pan y está aglutinado con huevo y se cocina en un molde, se puede preparar con sobras de merluza o en su defecto con merluza congelada. Es muy práctico para un primer plato o una entrada. Genial para conseguir que los niños coman pescado.

Y sí, me suena a receta “viejuna”, esa palabra que tan de moda está hoy en día, al igual que el dátil con bacon, los huevos rellenos, el solomillo a la pimienta verde o los macarrones con chorizo, y alguna que otra receta de estas que todos hemos conocido y preparado en algún momento de nuestra vida.  En realidad, la cocina “viejuna” conoció su gloria en los años ochenta, cuando todos queríamos hacer pinitos en la cocina después de haber pasado una época tan oscura en España. Era la cocina de las gelatinas, las tartas al whisky, los pasteles de pescado y los cócteles de gambas como entrada en un banquete de boda que se preciara.

No obstante, estas comidas forman parte de nuestra tradición y hay que desempolvarlas de vez en cuando. Máxime cuando se le puede sacar mucho partido mediante una presentación más innovadora y moderna.

Vamos pues a por la receta del pastel de merluza.

Ingredientes (para unas 4 personas)

Preparación:

Calentad el aceite (unas 4 cucharadas) en una sartén y estofad la cebolla picada.

Limpiad, desmenuzad y rehogad la merluza sobre la cebolla estofada. Sazonad.

Pasad esta mezcla a un bol y añadid el pan desmenuzado, los huevos batidos, sal y un poco de pimienta.

Untad el molde con mantequilla y cubrid las paredes y el fondo con pan rallado, dándole la vuelta para sacudir el exceso, y llenadlo con la mezcla resultante.

Cocedlo en el horno al baño de Maria durante unos 45 minutos. Desmoldadlo en frio o caliente, según se vaya a servir.

Si se sirve en caliente acompañadlo con una cucharadita de salsa de tomate. Si lo servís en frío acompañadlo con un poco de mayonesa y unas alcaparras.

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